"Volando voy, volando vengo"
Y así, de algún modo empieza todo...
Lo cierto es que lo que resulta más difícil del trayecto es dejar atrás la vieja Europa -jugando 13 horas seguidas al tetris. Aunque el tipo del asiento 235 lo logró. Pero tranquil@, que existen otros métodos menos agresivos como atiborrarte a golosinas, "degustar" todo el alcohol de importación a bordo, o quedarte fijamente mirando la pantallita que indica el trayecto del avión. Es increíble el efecto hipnótico de ese maldito aparato; puedes quedártelo mirando hora, tras hora, para ver como un puntito blanco se mueve ¿menos de un milímetro? Lo peor son sus efectos secundarios, me creí experta en la materia y se me subió lo de la jerga aeronáutica a la cabeza. Todo lo medía en "pies" y todo era cuestión de la "latitud en que se mirase". Pero la tontería se me pasó cuando, sin previo avisto sentí el toque de una seca colleja en el cogote:
-'Nooooo, no hagas eso! Estamos en Singapur de meten en la cárcel por escupir un chicle en la calle". Era el stopover para el 2nd vuelo. Y qué pasada de lugar! Y lo hace una "delicatessen", la "crème de la crème" del mundo aéreo es que tiene sillones masajeadores de pies increíbles y....seeeeeee, Free-Internet!!!!!!!
Pero lo bueno dura poco. Y hay que volver al vuelo. Y para ello, el consejo más útil que puedo ofrecer -porque tratar de tener sexo en los servicios con un extraño no es bien- : no mires la maldita pantallita si eres débil. Si viajas con compañías como Qantas, tienes miles de pelis, documentales, TV, radio, etc. con las que pasar el rato entretenido. Una de las cosas más impresionantes del viaje es vivir la "curvatura del tiempo" y ver cómo la noche se transforma en día, y el día en la noche. Aunque luego sabes que esto se convertirá en el Todopoderoso, y por todos temido "Jet Lag".
Pasado Singapur, "solo" 9 horas nos separan de Australasia -otra forma de llamar el continente y que se utiliza a menudo por estos mundos-. Lo cierto es que, ahí es cuando empieza una extraña mezlca de sensaciones; alegría a la vez que melancolía. Emoción, mucha emoción. Curiosidad, impaciencia, cierta inseguridad, dudas, reflexión sobre todo lo que has dejado atrás. Entonces es cuando te das cuenta de que ya no es un sueño, ni un proyecto. Debajo de tus pies hay un nuevo capítulo de tu vida. Claro, y unos cuantos tiburones.
No podría explicar cómo llegué a Australia. Bueno sí, en varios aviones de 2h, 13h y 9h. Y resumiendo mi vida en una única maleta de 40 kilos, que además sabía de antemano que se iba a perder entre tantas escalas. (Si tienes la suerte de viajar con alguien en Intercontinentales, SIEMPRE mezcla tu ropa con la suya en cada maleta, aunque luego, la perdida, siempre se suele aparecer en algún remoto aeropuerto).
Pero analizado desde un sentido más filosófico; sería muy complejo explicar cómo llegue hasta aquí porque como mi amigo Dexter de Miami, creo firmemente en el llamado "efecto mariposa". No podría narrar la típica historia con un principio y un fin; es algo mucho más difuso. Aunque sí que acontecieron hechos claves...
Y si has llegado hasta aquí, te invito a que sigamos juntos esta historia. ¿Te subes?
Barcelona - Berlín - Londres - Singapur - Brisbane.
Siempre hay escalas más simples si piensas venir a Brisbane desde España, créeme. Pero hay dos tipos de persona: los que van directos al grano, o los que vuelan con rodeos y son pobres. Yo pertenezco a ese segundo grupo. Lo cierto es que lo que resulta más difícil del trayecto es dejar atrás la vieja Europa -jugando 13 horas seguidas al tetris. Aunque el tipo del asiento 235 lo logró. Pero tranquil@, que existen otros métodos menos agresivos como atiborrarte a golosinas, "degustar" todo el alcohol de importación a bordo, o quedarte fijamente mirando la pantallita que indica el trayecto del avión. Es increíble el efecto hipnótico de ese maldito aparato; puedes quedártelo mirando hora, tras hora, para ver como un puntito blanco se mueve ¿menos de un milímetro? Lo peor son sus efectos secundarios, me creí experta en la materia y se me subió lo de la jerga aeronáutica a la cabeza. Todo lo medía en "pies" y todo era cuestión de la "latitud en que se mirase". Pero la tontería se me pasó cuando, sin previo avisto sentí el toque de una seca colleja en el cogote:
-'Nooooo, no hagas eso! Estamos en Singapur de meten en la cárcel por escupir un chicle en la calle". Era el stopover para el 2nd vuelo. Y qué pasada de lugar! Y lo hace una "delicatessen", la "crème de la crème" del mundo aéreo es que tiene sillones masajeadores de pies increíbles y....seeeeeee, Free-Internet!!!!!!!
Pero lo bueno dura poco. Y hay que volver al vuelo. Y para ello, el consejo más útil que puedo ofrecer -porque tratar de tener sexo en los servicios con un extraño no es bien- : no mires la maldita pantallita si eres débil. Si viajas con compañías como Qantas, tienes miles de pelis, documentales, TV, radio, etc. con las que pasar el rato entretenido. Una de las cosas más impresionantes del viaje es vivir la "curvatura del tiempo" y ver cómo la noche se transforma en día, y el día en la noche. Aunque luego sabes que esto se convertirá en el Todopoderoso, y por todos temido "Jet Lag".
Pasado Singapur, "solo" 9 horas nos separan de Australasia -otra forma de llamar el continente y que se utiliza a menudo por estos mundos-. Lo cierto es que, ahí es cuando empieza una extraña mezlca de sensaciones; alegría a la vez que melancolía. Emoción, mucha emoción. Curiosidad, impaciencia, cierta inseguridad, dudas, reflexión sobre todo lo que has dejado atrás. Entonces es cuando te das cuenta de que ya no es un sueño, ni un proyecto. Debajo de tus pies hay un nuevo capítulo de tu vida. Claro, y unos cuantos tiburones.
No podría explicar cómo llegué a Australia. Bueno sí, en varios aviones de 2h, 13h y 9h. Y resumiendo mi vida en una única maleta de 40 kilos, que además sabía de antemano que se iba a perder entre tantas escalas. (Si tienes la suerte de viajar con alguien en Intercontinentales, SIEMPRE mezcla tu ropa con la suya en cada maleta, aunque luego, la perdida, siempre se suele aparecer en algún remoto aeropuerto).
Pero analizado desde un sentido más filosófico; sería muy complejo explicar cómo llegue hasta aquí porque como mi amigo Dexter de Miami, creo firmemente en el llamado "efecto mariposa". No podría narrar la típica historia con un principio y un fin; es algo mucho más difuso. Aunque sí que acontecieron hechos claves...
Y si has llegado hasta aquí, te invito a que sigamos juntos esta historia. ¿Te subes?
Me encantaría ver vuestros comentarios, tanto de viejos amigos, como enemigos, conocidos, desconocidos... Cualquiera que tenga un ratito para leer esta parte de mi.
ResponderEliminarenemigosss??? no creo q tú tengas ninguno, y si hay alguno por ahi... ¡¡muerte para el!!
ResponderEliminarai cari, me ha encantado!! es increible como en unas cuantas lineas transmites todas tus sensaciones y emociones... y es inevitable q no se te ponga el vello de punta al imaginarse uno en tu piel.. q envidia más sanaaaa!!! os deseo tooodo lo mejor en esta aventura y q sepas q espero compartir con vosotros un trocito de ese sueño australiano!! hasta q llegue ese día seré una adicta más a tu blog y fb en espera de noticias!!
mil besitos a los 2
os kiero
Ei Evaa! Es maravilloso y todo un lujo poder leer tus experiencias, y ya que se cuenta con tu permiso, pues se agradece!!
ResponderEliminarLa verdad es que cualquier muestra que puedas ofrecer al mundo de tu gran andadura por Australia, es poca. POrque nadie podrá nunca llegar a hacerse a la idea de lo que estas sintiendo allí. De todas maneras, no se podria expresar de mejor manera, esos relatos son magníficos y estoy segura de que va a ser estupendo poder leerte desde la distancia.
Un abrazo enorme y,... por supuesto que queremos otro post!! ;)
Que guay Eva! Estoy deseando que nos sigas contando!!!
ResponderEliminarEs una tortura que nos dejes con la miel en los labios. Es como Crepúsculo, que cuando me leí el primer libro ya estaba esperando que sacasen el segundo sufriendo!
Pero entonces perdiste la maleta? no acabarías con ropa de Cuba? o peor... Cuba con la tuya!!! xD
1besazo :)
Desde luego que debes escribirnos otro post.
ResponderEliminarEstamos deseando que abras esa caja mágica de las antípodas que ya nos has descubierto en forma de imágenes en Facebook, pero que con tus descripciones será más placentero y maravilloso degustarlas.
Este primer post ha sido sólo el principio de una gran aventura que es necesario que nos relates ara deleitarnos a través de la red con una experiencia tan inolvidable.
Siempre haremos comentarios constructivos, y como ya te han dicho tus amigas, de envidia
"sana".
Sólo podremos decirte que ahora aquí hace un sol estupendo mientras allí, en las antípodas, empieza el anaranjado otoño autraliano.
Pero siempre será precioso saber del frío de allá.
Mil besos y adelante con otro escrito.
No sabéis lo que me emociona ver vuestros comentarios, de verdad....es todo un lujo contar con comentaristas de esta talla (sobre todo la de Javi...con 1,98cm de....... ¡estatura! -mal pensad@s!!!!-)
ResponderEliminarA mi Valeriki, decirle que estemos donde estemos cada una de las dos, es inevitable sentir "esa" conexión, que tal como decía mi madre, las ocasiones en las que te pasará, solo se podrían contar con los dedos de una mano...Aunque sea una mano llena de espinas de cactus, porque:
-"Es que era tan monooo, que necesitaba acariciarlo". Así nos comenzó nuestra amistad, entre Valeria y yo, un caluroso día de verano en Malta, cuando una rubia Valenciana acariciaba cactus como si fueran gatitos persas. Y esa originalidad, sencillez e inocencia es la me hace sentir tan unida a ella desde el primer momento.
Alicia wapa; moltes gràcies pels teus ànims i dedicació...m'encanta veure com persones com, tant bones i sutils com tu, poden dir que el que escric pot resultar interesant. Petonets reina!!!!
Javi!!! me encanta que te encante, y es todo un honor que tengas unos minutos para dedicarme, sabiendo de los cuidados que exigen tus 2000 amigos en FB!!!! Prometo ir escribiendo y espero ser algo interesante cada vez....os exo mucho de menos, de verdad!!!! La única pena que puedo tener es haberte encontrado casi al final de nuestra etapa en ALC...sabes lo que Cuba confía en ti, y por supuesto el cariño que te tengo...
Crsitina, tú siempre allí para animar!!!! También me motiva mucho que te gusten mis batallitas x las antípodas...Espero que todo por Alc sea como mereces!!! Disfruta de tu experiencia en Skala. X cierto, aunk aquí es otoño estamos a 30º. Me tomo que al estar en área subtropical no llegará el invierno...
Muxooooooooos bexitooooooos desde estas tierras!!!!
I miss u!!!!
¡Chicos, lo habéis logrado! Seguid así.
ResponderEliminarOs invito también a mi blog.
Un besazo enorme.
jopeeeeeeee acabo d leer tu respuesta!!! :(((
ResponderEliminarse me ha saltado una lagrimillaa... pues sabes q? q la semana q viene buscaré al cactus culpable y me lo traere a valencia, en señal de conexión de nuestro amor y amistad
y cuando vaya a australia te lo llevaré... q te parece? no sin antes acariciarlo, claro
jaja
aaaayyy, ahora me han entrado mas ganas aun de ir y darte un abrazo!!!!
tqm!!
Valeriki, otra vez no pierdas el avión cuando tengas que traerme un cactus, OK?!!!!
ResponderEliminari♥usomuuuuch
Que suerte poder ir a Australia. Y que emoción, irte tan lejos, con constumbres tan diferentes. Aunque yo mientras haya gatos...
ResponderEliminarSí Martinyfelix,
ResponderEliminaraquí tenemos gatos que se lo pasan genial; están muy entretenidos cazando possums y cocodrilos, montando a kanguro y koala...¿Tú sabes nadar siendo gato? Porque también sé de algunos que dan clases de buceo con profe-tiburones...
¿En que parte del mundo vives tú, gatito?
Te envío un abrazo desde Australia!
Escribes bellísimo!!
ResponderEliminarhola!!! estaba pensando ir a australia y leyendo esto en parte tengo menos dudas pero realmente me doy cuenta de que me falta mucho por preparame!!!
ResponderEliminartienes msn?? supongo q si jejej por si te agrego y por ahi me ayudas un poquito...
un bsooo
Debe ser muy muy emocionante la experiencia...
ResponderEliminar